Ruta de los Umbrales |
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Total Recorrido |
Recorrido en coche |
Recorrido a pie |
Tiempo en coche |
Tiempo a pie |
Altitud mínima |
Altitud máxima |
47.415 m. |
37.674 m. |
9.741 m. |
1:30 h. |
2 h. |
632 m. |
1.078 m. |
Para esta ruta elegimos un día claro de finales de octubre. Las previsiones meteorológicas indicaban un cielo despejado. La temperatura se preveía ideal para disfrutar de nuestra sierra.
Plaza Almijara
A las 7,45, conforme las claras del día llenan la Plaza Almijara, nos muestran un día casi despejado, aunque arriba, por encima de las casas, algunas nubes amenazan con cubrir la sierra. Decididos en nuestra aventura partimos con dos vehículos “todo terreno” en dirección al Barranco del Zarzalillo, punto de inicio de la marcha a pie. Tras cuarenta y cinco minutos de camino, en los que recorremos catorce kilómetros y medio del carril que nos sirve como eje central de nuestras rutas y que describimos al principio, llegamos a nuestro destino.
Barranco Zarzalillo
El Barranco del Zarzalillo recoge las aguas de las faldas de los Tajos de la Cueva del Daire y el Cerro de los Bojes, vigilado de cerca por la esbelta figura del Lucero, y desciende montes abajo hasta su conexión con el Barranco Moreno para finalmente confundirse con las aguas del Río Patamalara.
El agua resuena insistente en el silencio de la mañana, como invitándonos a adentrarnos en sus misterios.
Tras unos instantes de preparación, los vehículos continúan su marcha hasta el Río Higuerón mientras el resto iniciamos la marcha a pie. Justo al inicio de la ascensión, a la derecha del barranco, innumerables zarzas nos indican el origen de su nombre.
Cortijo del Minro
Tras cruzar un pequeño brazo de agua que alimenta el caudal del barranco el camino se hace carril inundado de aulagas y romeros en flor (usado en su día para la saca de madera de los incendios); tras unos cien metros el caminos nos ofrece dos opciones, nosotros tomamos la de la izquierda que zigzaguea hasta llegar al Cortijo del Minro, coqueto y derruido por el tiempo con su era casi intacta, aunque poblada por la vegetación autóctona.
Collado de los Civiles
El carril nos lleva llaneando a cruzar el Barranco del Mirlo, normalmente seco, aunque aguas abajo, a su paso por el carril central siempre lleva agua; al poco el carril se torna senda y el llano en pronunciada subida que serpenteando por la loma nos llevará de los 850 metros del inicio del camino a los 1.078 del Collado de los Civiles en poco más de un kilómetro.
El Collado
El collado, flanqueado a izquierda por el Cerro de los Bojes y la derecha por el Cerro el Panizo, lleno de historias de maquis y civiles, es una ventana abierta a otro mundo, inquietante y misterioso, del que es fortaleza el Cerro el Cisne; ese otro mundo lo riegan el Río Higuerón y el Barranco Bartolo.
La bajada parece como que nos empuja a sumergirnos en la exuberante vegetación que llena el curso de las dos corrientes de agua; en apenas quince minutos la vereda nos lleva al carril de Panaderos.
En este punto la riqueza del valle nos ofrece varias posibilidades que consideraremos en sucesivos días: el Puerto de los Umbrales y el Puerto de Frigiliana. Otra posibilidad es la subida al Cerro el Cisne, que no consideraremos en esta guía por su dificultad y las razones que expusimos al principio, aunque sí la describiremos brevemente. Hoy hemos optado por el suave ascenso del primero de los puertos por lo que tomamos el carril a nuestra derecha hasta llegar a la intersección de otro que baja hasta la balsa de agua utilizada en la lucha contra incendios, lugar donde nos esperan los vehículos.
Estamos en un valle majestuoso, a 720 metros, rodeados de montes e inundados por el silencio de la mañana solo roto por el suave rodar del agua en su busca constante del mar. En el camino, antes de bajar hemos dejado atrás los restos de la Venta Camila que divisamos desde nuestra posición.
Desde allí cruzamos en dirección sur el río Higuerón y a unos cincuenta metros nos espera la senda que nos conducirá hasta nuestro destino.
Barranco de las Piedras
Durante los primeros metros un repentino ascenso cubierto totalmente de vegetación parece que nos quisiera introducir en otro mundo pero tras un pequeño zig-zag salimos del túnel y continuamos, siempre en ascenso suave hasta que, bruscamente se torna empinado poco antes de pasar la tercera loma desde que cruzamos el río y llegar a el Barranco de las Piedras en cuya intersección estamos a 850 metros de altitud tras haber caminado poco más de un kilómetro.
Desde aquí ascendiendo por él, a 1.068 metros se alcanza la senda que desde la otra vertiente sube hasta el Cisne, ascenso éste que resulta menos brusco y más cómodo. Mientras subimos, a nuestra izquierda se alza imponente el Cisne y a nuestra derecha, entre la Sierra de Enmedio y el Cerro El Fuerte, el curso del Higuerón abre una inmensa salida al Mediterráneo. Ahora el ascenso es más suave, incluso llano muchas veces y nos permite contemplar la maravilla que nos rodea vestida de verde, gris, azul y oro.
Barranco de las Barrigüelas
Antes de subir la última loma desde donde divisaremos el puerto, el Barranco de las Barrigüelas, alimentado en los días de lluvia por tres arroyos que bajan de las faldas del Cisne, nos muestra los efectos de la erosión y las tierras que los rodean el esfuerzo de la naturaleza por impedirlo colonizando todo con plantas diversas. Ascendimos cien metros desde el último barranco en poco más de mil cien metros.
Puerto de los Umbrales
Por fín, tras rodear una pequeña loma, a unos cuatrocientos metros divisamos el Puerto de los Umbrales coronado por un fornido pino negral, hoy mecido constantemente por el viento que sopla, airado a veces, por toda la sierra. Sus 1.030 metros nos permiten contemplar al frente las paredes rocosas de los Tajos del Sol y el Almendrón que vigilan orgullosos la cabecera del río Chillar. Continuando la vereda que nos ha traído hasta aquí llegaríamos a la Fuente del Esparto y por el carril que allí llega hasta la costa; si una vez en el río, a la altura del Cortijo del Imán, decidiéramos tomar el camino a la izquierda, este nos llevaría al Refugio del Cuervo convertido en carril tras cruzar todo el valle y posteriormente al Puerto de Frigiliana.
Para hacer cualquiera de las dos opciones desde este puerto hay que contar con al menos 6 horas y tampoco las describiremos porque se escapan a la finalidad de nuestra guía que es, como dijimos al principio, la de dar a conocer nuestras tierras a través de paseos cortos y con una dificultad media a lo sumo.
El camino de vuelta hasta el río Higuerón, una vez repuestas las fuerzas con un buen desayuno, se hace cómodamente mientras contemplamos el mismo paisaje pero desde otro punto de vista.
Ahora el viento se ha calmado y el día ha quedado claro.
Desde nuestra posición alcanzamos a ver los estragos que el incendio del último verano hizo en el Fuerte y en las faldas de la Sierra de Enmedio.
Nuestro camino también se encuentra jalonado por numerosos restos de pinos negrales que han ido cayendo en los sucesivos incendios que destruyeron nuestras sierras.
Alguno de ellos, muerto ya, sigue en pié resistiendo todas las acometidas para testimoniar y reclamar el derecho de todo pino a no morir en la hoguera inútilmente… y mientras el Cisne, refugio de pinos, se nos muestra majestuoso, en atalaya, esperando el descanso del águila real.
A las 12,30 llegamos a la balsa de agua.
Han sido tres horas intensas respirando la vida que la sierra nos ofrece. Una vez en los vehículos, tomamos el camino de regreso mientras comentamos las incidencias del día y manifestamos el deseo de subir el otro puerto cuanto antes. A las 14 horas la Plaza Almijara nos recibe, llena de sol y extranjeros, respirando el aire de la sierra que habla de romeros y pinos.