Fiesta que casi desaparece hace años y que era muy esperada por los dueños de los animales, dedicados casi todos al trabajo agrícola y a la explotación ganadera.
Lo poseedores de los animales se reunen en torno a la ermita de San Antón situada a las afueras del pueblo, en el camino de Canillas, para que el cura los bendiga y así estén protegidos durante el año de enfermedades y accidentes y pudieran ser útiles a sus poseedores en las labores agrícolas.